El catafalco de Cioran (Nicolae Popescu)

Artículo publicado en la revista de Ciencias Humanas de la Universidad Tecnológica de Pereira (UTP), Mayo de 2000.

Traducción del francés del texto de Nicolae Popescu: Le catafalque de Cioranen Liberté, vol. 34, No.4, 1992, p.48-54.

Traducción del francés de Maria Liliana Herrera A.

Podría decirse que tuvo la muerte más dulce. Que apaciguaba, diluía el dolor enviándolo más allá de donde él se erigía, olvidando todo espacio, exterminando todo pensamiento. Que lograba alejar de su objeto la amargura de un sufrimiento que rehusaba a reducirse a sí misma. Podría decirse que oficiaba un sacerdocio olvidado. Que venía humildemente, sin ilusiones y caritativo, a ayudar, a socorrer el instante de un silencio imperturbable, ese instante que niega toda palabra, toda veleidad explicativa y el menor sonido que no sea el del eco de las lágrimas vertidas. Él no podía más que secundar el temor y el temblor de una caricia en los cabellos esparcidos de un padre moribundo, mientras que este gesto llevaba ya el peso de un dolor inmenso, avergonzado de su ausencia pasada y desesperando de su imposible futuro. Se llega siempre muy tarde, y los únicos paraísos son, con toda seguridad, aquellos que hemos perdido. Es con esta infinita tristeza que yo he perdido a mi padre para siempre, y es después de mucho tiempo que Cioran se convirtió en otro padre para mí… [texto completo]